Creación del mito.

La industria tabacalera estuvo atenta el tema del tabaquismo involuntario, por las repercusiones que podía tener. Por ello a medida que avanzaba el conocimiento sobre los efectos nocivos del tabaquismo involuntario, aparecían revisiones y simposios en los que se rebatían estos hallazgos que contribuían a la creación del mito. De este modo, a finales de los años noventa  resultaba un poco desconcertante la existencia de revisiones, publicadas en la literatura científica, con resultados contradictorios en torno a los efectos de la inhalación  de ACHT , a pesar de estar bien establecida la asociación con determinadas enfermedades. Un interesante estudio publicado en 1998 por Barnes y Bero, de la Universidad de California, constató que el único factor  asociado con la conclusión de la ausencia de efectos era la afiliación del autor. Tras el análisis de 106 revisiones publicadas entre 1982 y 1995, encontraron que en el 37% de los trabajos, se concluía  que el tabaquismo involuntario no tenía  efectos sobre la salud; de estos en el 74% los autores tenían vínculos con la industria del tabaco.